Tres destructores de misiles guiados de la Marina de Estados Unidos arribarán este viernes a las costas de Venezuela como parte de un despliegue militar que incluye a unos cuatro mil efectivos: se trata de los buques USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson.
De acuerdo con información oficial, la operación se enmarca en las acciones del gobierno de Donald Trump contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien Washington acusa de tener vínculos con el cártel de Sinaloa y de encabezar el denominado cártel de los Soles.
El anuncio se da semanas después de que el gobierno estadounidense elevara a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro.
La Administración de Control de Drogas (DEA) ha reportado incautaciones de 30 toneladas de cocaína relacionadas con su red y de casi siete toneladas atribuidas directamente al mandatario, además, aseguró haber confiscado más de 700 millones de dólares en activos, incluidos aviones y vehículos.
El despliegue naval incluye también aviones espía P-8, al menos un submarino de ataque y otras unidades de apoyo.
Según funcionarios citados por agencias internacionales, las operaciones se llevarán a cabo en aguas y espacio aéreo internacionales, “con fines de vigilancia e inteligencia”, aunque “podrían usarse para ataques selectivos en caso de ser autorizado”.
El gobierno de Venezuela criticó la medida al considerar que representa un riesgo para la paz y la estabilidad de la región.
Autoridades venezolanas señalaron que estas acciones “contravienen la propuesta de mantener a América Latina como una Zona de Paz sustentada en la soberanía y la cooperación entre países”.
