Para garantizar la estabilidad de los miles de pobladores del Río Sonora que se han visto afectados por la contaminación que provocó Grupo México hace más de 11 años, el gobierno federal se ha avocado a dialogar con sus representantes y que respondan a los pendientes que aún prevalecen.
En este sentido, la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, subrayó que se dan a la tarea de que los responsables respondan a las comunidades que aún enfrentan las consecuencias de este desastre ambiental.
Destacó la importancia de las acciones que se están tomando para paliar los efectos de la contaminación en la región, especialmente en relación con las plantas de tratamiento y la potabilización de agua, así como la reactivación de la creación de una unidad médica.

“Lo que estamos buscando es que la empresa se comprometa a varias acciones, entre ellas acciones de remediación, del hospital, plantas de tratamiento, potabilización, operadas ya por el gobierno estatal y por el gobierno federal”, apuntó.
Así mismo, se comprometió con quienes habitan en algunas de las localidades ribereñas a que no habrá más afectaciones, sino todo lo contrario, puesto que es imperativo el que se tengan soluciones concretas a todos los problemas originados por ese hecho.
Otro aspecto que enfatizó es prioritario es la salud, de ahí que se hacen pruebas para analizar la condición física de los residentes, aunado a la supervisión del proyecto que consiste en la creación de un hospital en Ures para monitorear cualquier mal que presenten las personas.

“Tiene que ver también el acuerdo con un seguimiento epidemiológico permanente y de revisión de la población. Entonces, es un acuerdo integral que favorece muchísimo a la población y que la empresa está dispuesta a apoyar”, expresó.
En ese proceso participa, dijo, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, así como el gobernador Alfonso Durazo, con el fin de tener acuerdos que atiendan los reclamos de más de 22 mil pobladores afectados por el derrame de metales pesados en ese caudal.