Este domingo, un sismo de magnitud 6.8 remeció el este de Cuba, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El movimiento telúrico tuvo su epicentro en la provincia de Granma, cerca del municipio de Bartolomé Masó, y provocó temblores que se percibieron en Santiago de Cuba y localidades vecinas.
De acuerdo con testigos, en Pilón, una comunidad cercana al epicentro, se reportaron daños en viviendas y estructuras. Varias personas relataron cómo el sismo sacudió sus casas, haciendo que platos y otros objetos cayeran al suelo. El temblor fue descrito como uno de los más fuertes que han experimentado en los últimos años, dejando a los residentes en alerta.
El USGS informó que el terremoto tuvo una profundidad de 14 kilómetros y ocurrió aproximadamente una hora después de que un temblor previo de magnitud 5.9 sacudiera la misma zona. A pesar de la intensidad del evento, el Centro Nacional de Alerta de Tsunamis de Estados Unidos confirmó que no había riesgo de tsunami para la región.
Este sismo se produce en el que Cuba aún enfrenta las secuelas de los recientes huracanes Oscar y Rafael, los cuales afectaron distintas regiones del país, ocasionando cortes de electricidad y daños materiales. Los apagones siguen siendo comunes en el oriente cubano, complicando las comunicaciones en áreas impactadas por el terremoto.
La región oriental de Cuba es conocida por su actividad sísmica debido a la falla geológica que marca el límite entre las placas norteamericana y caribeña, lo que la convierte en una zona propensa a estos fenómenos. En esta ocasión, La Habana, en el oeste del país, no reportó afectaciones significativas.