Luego de cuatro años de bloqueo al acceso de la Reserva de El Pinacate y Gran Desierto de Altar, los ejidatarios, auténticos dueños de esos terrenos, decidieron terminar con esa acción de protesta, aunque continúa la lucha porque sus demandas sean escuchadas, atendidas y resueltas, informó José Alfredo Souza Cabrera.
El representante del sector social ante el Consejo Asesor de El Pinacate precisó que, ante la nula atención de las autoridades de Gobierno, se determinó reabrir la entrada al Área Natural Protegida, pero reservando el derecho de admisión con el cobro de una cuota, aún por definir, para acceder a la zona de cráteres.
Indicó que las demandas de los 29 ejidos con tierras en El Pinacate son claras desde hace muchos años, pero los gobiernos han hecho oídos sordos a ellas, por lo que mantendrán permitirán el acceso a turistas a la zona, pero además mantendrán las gestiones y reuniones para que se atiendan y resuelvan esas demandas.
La directiva del ejido Punta Peñasco, en acuerdo con otros ejidos, decidieron el pasado sábado 26 de marzo concluir con el bloqueo en el camino de acceso a El Pinacate, lo cual sucederá el viernes 01 de abril.
Aclaró que ello no significa que la lucha por sus derechos haya terminado, sino que se trata de una muestra de buena voluntad y nobleza de los ejidatarios, en otro intento por atraer la atención de las autoridades de todos los niveles de gobierno y lograr que sus demandas sean resueltas.
Souza Cabrera acusó que, en lugar de acercarse a negociar un acuerdo, por cuatro años, las autoridades federales dejaron literalmente tirado a El Pinacate, con caminos e infraestructura deteriorados, el área a merced de la delincuencia y evitando así que el turismo disfrute de este patrimonio de la humanidad.
Recordó que, amparados en una resolución presidencial emitida en 1969, miembros del ejido Punta Peñasco bloquearon, en marzo de 2018, el camino de acceso a varias zonas de la Reserva de la Biosfera de El Pinacate y Gran Desierto de Altar, que es propiedad ejidal, en busca de la reparación del daño por las tierras que no pueden ser trabajadas al encontrarse en la zona núcleo o zona de amortiguamiento del Área Natural Protegida.
Ratificó que el objetivo es que la Federación reconozca el daño que se hizo a mil 050 ejidatarios con el decreto de Área Natural Protegida y que repare el daño, que permita llevar a cabo actividades ecoturísticas así como el acceso a apoyo para los ejidos.
