Nigeria.- La presión internacional aumentó este fin de semana sobre la junta que tomó el poder en Níger, la víspera del vencimiento del ultimátum dado por los países de África occidental, que emplazaron a este país a restablecer la democracia o exponerse a una intervención militar.
Los mandos castrenses de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) establecieron el viernes en Abuya (Nigeria) un plan de cara a una posible «intervención militar» para revertir el golpe de Estado que derrocó al presidente Mohamed Bazoum el 26 de julio, mismo que podría desencadenar un conflicto a gran escada debido a que otras naciones, como Mauritania y Chad, defenderían al la junta militar de Níger.
El 30 de julio, la Cedeao dio a los golpistas siete días, es decir, hasta este domingo por la noche, para restablecer a Bazoum en su cargo, bajo pena de utilizar «la fuerza». Francia respaldó las gestiones de la Cedeao y advirtió que la decisión de la junta de denunciar los acuerdos de defensa con la expotencia colonial «fragiliza la lucha contra el terrorismo» yihadista que actúa en la región del Sahel.
«Comprobamos que la Cedeao asume sus responsabilidades en la gestión de esta crisis, con posiciones fuertes a favor del respeto del derecho internacional, de los procesos democráticos», declaró el ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu, en una entrevista con la agencia AFP.
La junta se retiró el jueves de los acuerdos de cooperación en el campo de la seguridad y defensa con Francia, que dispone en Níger de un contingente militar de mil 500 soldados para la lucha antiyihadista. Varios ejércitos del bloque de África occidental, como el de Senegal, dijeron estar listos para enviar soldados. También el de Costa de Marfil podría participar, según una fuente cercana a la delegación de ese país en Abuya.
La junta militar en Níger, encabezada por el general Abdourahamane Tiani, prometió una «respuesta inmediata» a «cualquier agresión». Malí y Burkina Faso, gobernados también por golpistas y suspendidos de la Cedeao, respaldaron a los militares de Níger y dijeron que cualquier intervención sería considerada como «una declaración de guerra» contra ellos.
Manifestantes favorables al golpe protagonizaron marchas en varias ciudades de Níger el viernes y el sábado, enarbolando banderas nigerinas y rusas y retratos de los dirigentes de la junta, informaron medios locales. También se hicieron oír voces contrarias a una intervención en Nigeria, sede de la Cedeao.
En París, una treintena de personas se manifestaron en apoyo al presidente depuesto, entre ellas su primer ministro, Ouhoumoudou Mahamadou, y aseguró que Bazoum, retenido desde el día del golpe, goza de «muy buena salud» y abogó por el agotamiento de las vías diplomáticas para encontrar una solución a la crisis.
«Para (cumplir) el ultimátum todavía hay tiempo, aún esperamos que triunfe la negociación y que no haya necesariamente una intervención militar», afirmó.
Varias potencias occidentales también insisten en el diálogo, como Alemania, que pidió continuar con los «esfuerzos de mediación». Estado Unidos, al igual que Francia, Alemania, Países Bajos o España, suspendió sus programas de cooperación, aunque mantuvo su ayuda humanitaria «vital» a Níger.
La ayuda «depende de la gobernabilidad democrática y del respeto al orden constitucional», afirmó el viernes el jefe de la diplomacia estadunidense, Antony Blinken.
«Níger es uno de los países más pobres del mundo: 40% de la riqueza del país proviene de ayudas externas, cuya falta se hará sentir cruelmente si no restablece el orden constitucional», sostuvo por su lado el ministro francés de Defensa.
La junta militar llamó el jueves «a la población de Níger a estar alerta» ante «los espías y las fuerzas armadas extranjeras». La junta militar de Niger ha declarado que buscan acabar con el ‘imperialismo’ y ‘neocolonialismo’ impuesto por las potencias occidentales, mismo que ya decidió restringir la exportación de Uranio para abastecer de energía a Francia y Estados Unidos, así como acercarse más geopolíticamente a Rusia.