Cuando se habla de turismo rural en Sonora, se hace referencia a aquellas actividades que se llevan a cabo en el contexto de las comunidades rurales, es decir, en los pueblos de la entidad, siendo esta modalidad solo “de ida y vuelta el mismo día”, afirmó Adrialy Pérez Gaxiola.
En cuanto a esta rama del turismo, la profesora investigadora de tiempo completo de la Universidad Estatal de Sonora (UES), adscrita al área de la Licenciatura en Administración de Empresas Turísticas (LAET), aseguró que el estado tiene mucho que ofrecer: tradiciones, cultura, pueblos indígenas e incluso el bacanora como bebida típica.
“El turismo rural siempre ha estado presente, si nosotros recordamos desde siempre decíamos ‘vamos a ir a pueblear’ y esto era ir a conocer estas comunidades, ir a comer algo típico, salir de la rutina de las ciudades”.

Aclaró que, en su mayoría, este es consumido por locales, posteriormente por visitantes nacionales y finalmente extranjeros.
La académica expuso que, a través de colaboraciones con la Secretaría de Turismo, así como con distintas asociaciones y cámaras en el estado, se ha buscado capacitar a los prestadores de servicios para que ofrezcan alimentos con estándares de inocuidad, precios justos y variedad. También se trabaja en la mejora de los establecimientos de hospedaje.
Estas son áreas que se deben de trabajar y en las cuales aún no se desarrolla la infraestructura, agregó
.De igual forma, destacó que hace falta trabajar en el posicionamiento de este sector, lo que podría darse mediante la creación de una ruta gastronómica a través del posicionamiento del bacanora, el cual, a diferencia del tequila no comparte su denominación de origen con otros estados y sólo puede encontrarse en Sonora.

¿Qué ventajas puede tener el turismo rural en las comunidades?
La profesora investigadora de tiempo completo de la UES mencionó que aproximadamente el 20% de la población nacional vive en comunidades rurales y que, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), más del 50% de estas personas se encuentran en situación de pobreza.
Pérez Gaxiola explicó que, a pesar de este panorama, las comunidades rurales de la entidad tienen un gran potencial para el desarrollo turístico.
En ese sentido, resaltó que el turismo ha sido una estrategia paliativa para diversificar las actividades económicas en estas zonas.
“Si analizamos estas zonas rurales y analizamos realidades específicas de Sonora, muchas de estas zonas rurales se están quedando solas, comunidades donde los jóvenes en muchas ocasiones al no encontrar oportunidades de trabajo están saliendo a las urbes”, compartió.
También expuso que si se analiza el contexto general, en el discurso político, así como en las políticas públicas siempre está implícito el contribuir al desarrollo y bienestar de estas comunidades, y para esto el turismo es una estrategia fundamental.
La profesora adscrita al área de LAET manifestó que las ventajas con las que podrían contar las comunidades de Sonora al desarrollar este tipo de actividad es que, “el turismo se consume en el lugar donde se produce”.

Aunado a esto, indicó que el turismo rural contribuye a la preservación de las tradiciones, a visibilizar nuestra cultura y a posicionar a Sonora desde una visión diferente a la ganadería, la agricultura y la minería.
“Es momento de voltear a ver el turismo en estas comunidades como política y estrategia general de desarrollo para diversificar la economía de estas comunidades”, dijo.
Para finalizar, opinó que el turismo rural en Sonora afloró después de la pandemia por Covid-19, ya que uno de los sectores más afectados por no considerarse necesario fue el turístico, en ese sentido, las primeras ventanas que se empezaron a abrir para reiniciar esta actividad fueron estos viajes cortos a zonas abiertas y de bajo riesgo.