Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco durante la administración de Adán Augusto López Hernández y Carlos Merino Campos, permanece recluido desde el 18 de septiembre de 2025 en el Centro Federal de Readaptación Social número 1, conocido como El Altiplano.
El penal, ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México, alberga a internos considerados de alta peligrosidad y mantiene un estricto régimen de control.
Cada recluso es asignado a uno de los ocho bloques, con alrededor de 200 personas por sección, donde cumplen un proceso inicial de clasificación de 15 días mediante evaluaciones médicas, psicológicas y de conducta.
Las rutinas diarias incluyen tiempos limitados para salir a patios de reducidas dimensiones, donde pueden caminar o recibir sol en lapsos breves.
Los internos, entre ellos Bermúdez Requena, enfrentan además restricciones en las llamadas telefónicas, que deben ser autorizadas por Trabajo Social y limitadas a diez minutos semanales con familiares o abogados previamente registrados.
La alimentación y la atención médica son señaladas como las principales dificultades dentro del penal. De acuerdo con el abogado José Rojo, quien representa a personas privadas de la libertad en El Altiplano, las raciones de comida “son reducidas y la asistencia médica insuficiente”, situación que también ha sido denunciada en otros centros penitenciarios federales.
El Altiplano es reconocido por haber albergado a figuras de alto perfil como Joaquín “El Chapo” Guzmán, Rafael Caro Quintero y Mario Aburto.
Con capacidad para 800 internos, el penal opera bajo un esquema de videovigilancia permanente, lo que ha generado críticas de defensores por la falta de privacidad incluso en los locutorios donde se realizan entrevistas entre abogados y sus clientes.